OrigenGorah
En el año 2007
En medio de un torbellino de preguntas sin respuesta sobre cómo vestir de manera elegante y al mismo tiempo modesta, nació el sueño de Yeimy. Ella vivía inmersa en un entorno que combinaba cultos espirituales, la vida escolar, la familia y una diversidad de estratos sociales. En este ambiente, se respiraba una cultura armoniosa, espiritual y llena de hermandad. Sin embargo, el amor por la estética y el deseo de lucir bien vestida se habían convertido en una aspiración personal desde su infancia. Sin darse cuenta, las muñecas y las medias desgastadas de sus padres se convirtieron en sus primeras musas de inspiración para crear diseños únicos.
En medio de multitudes, Yeimy notaba que cada uno tenía un estilo de vestimenta particular, pero para ella, no siempre era el más agradable. A los 17 años, decidió estudiar Diseño de Moda y comenzar su primer emprendimiento en paralelo. Las chaquetas fueron su primer producto, bordadas y llenas de trabajo artesanal. En ese momento, el boca a boca se convirtió en su principal medio para darse a conocer. Con el tiempo, llegó la búsqueda del nombre perfecto. Al principio, "Ftieri" ocupó el primer lugar en su lista, pero pronto se dio cuenta de que no era el indicado.
Gorah comenzó a ganar reconocimiento y aceptación, especialmente en un mundo que carecía de estilo como el que Yeimy conocía. La visión de la marca se expandió cuando decidió participar en ferias de moda importantes en Colombia, como Colombiamoda y plataformaK. Finalmente, Gorah abrió su primera tienda en una exclusiva zona de Medellín conocida como "la vía de los diseñadores" en el Poblado. Más tarde, inauguró una ubicación en el centro comercial Rio Sur, una zona prometedora en la milla de oro del Poblado.
A pesar de la inversión significativa con recursos propios, mantener la marca durante ese tiempo mientras se esperaban mejores resultados se volvió un desafío. Yeimy comprendió que no solo se necesitaba experiencia en cada área, sino también personas expertas y financiamiento. En medio de los desafíos, decidió tomarse un tiempo con la marca y replantear su futuro. En 2014, anunció a su audiencia que se tomaría un receso, pero con la esperanza y la ayuda de Dios, volvería a emprender su camino.
El proceso de "renacer"
Después de un tiempo de desconexión con uno mismo y con una pasión como el diseño de moda puede ser un desafío, pero también una oportunidad para un crecimiento personal y empresarial significativo.
Para Yeimy, este período de desconexión con la moda la llevó a explorar otro aspecto del emprendimiento: el network marketing. Este mundo le abrió nuevas posibilidades y le enseñó valiosas lecciones sobre cómo emprender, formar equipos, trabajar por un bien común y servir de verdad. Fue un tiempo poderoso para su desarrollo tanto a nivel personal como empresarial.
En medio de estos años, cinco personas desempeñaron un papel clave para recordarle a Yeimy su verdadero camino. Uno de los consejos más impactantes provino de su padre durante una conversación en plena pandemia. Al preguntarle qué consejo le daría en ese momento, su padre respondió de manera sencilla pero profunda: "El problema tuyo es que soltaste tu raíz. Todo lo que hagas de más es un complemento para fortalecer lo que ya eres y puedes entregar a los demás." Esta respuesta fue un recordatorio crucial para Yeimy de no perder su esencia y de mantenerse fiel a su pasión y vocación original.
En resumen, el proceso de renacer para Yeimy implicó redescubrir su verdadera pasión y propósito en el diseño de moda, aprovechando las lecciones aprendidas en su tiempo de desconexión y en el network marketing. El consejo de su padre le recordó la importancia de mantener su raíz y centrarse en lo que realmente le apasiona y puede ofrecer al mundo. Esta experiencia le permitió volver a su pasión con una perspectiva renovada y un compromiso más fuerte.
En octubre de 2020, regresamos con una convicción más grande que nunca. Nos dimos cuenta de que "cada mujer comunica un mensaje a quienes la ven caminar". Las experiencias que habíamos vivido comenzaron a tomar forma en nuestras prendas, que ahora llevaban mensajes de fortaleza, crecimiento y empoderamiento.
Era evidente que muchas mujeres estaban atravesando situaciones dolorosas que las mantenían atrapadas, sintiéndose limitadas por las circunstancias y confinadas entre cuatro paredes. Esta realidad nos presentó una oportunidad invaluable para proporcionar a las mujeres un vestuario lleno de fe y significado. Ya no se trataba solo de crear prendas hermosas, sino de pensar en "Cómo lo hizo Él", aquel que pagó un precio en la cruz para vestirnos no solo de gracia, amor y perdón, sino también de poder para superar el pasado, enterrar lo que debe ser enterrado y resucitar lo que tiene valor.
Establecimos una meta ambiciosa:
Equipar integralmente a las mujeres, no solo a través de la ropa, sino también mediante el fortalecimiento interno. Creíamos que al empoderar a las mujeres desde adentro, veríamos el reflejo de esa transformación en las prendas que las acompañan en momentos triunfantes.
Nuestra visión trascendía la moda y se centraba en el empoderamiento y la renovación personal de cada mujer que usara nuestras creaciones. Queríamos ser parte de un proceso de transformación que les permitiera enfrentar cualquier desafío con confianza y determinación, sabiendo que eran capaces de superar cualquier obstáculo en su camino.